encontrar
la forma de bailar
conmigo misma
un bolero seguido de alguna pieza
de Glenn Miller, bien guapachosa
-como diría mi sabia abuela–
que me haga sentir nostálgica
sin razón alguna
que me haga sentir melancólica
sin recuerdo alguno
conmigo misma
un bolero seguido de alguna pieza
de Glenn Miller, bien guapachosa
-como diría mi sabia abuela–
que me haga sentir nostálgica
sin razón alguna
que me haga sentir melancólica
sin recuerdo alguno
mientras bailo
mis rodillas deben comenzar a temblar
primero por el dolor de caminar
sobre los caminos mojados
de mi cínica imaginación, y
después por los nervios,
quienes me persiguen
desde mi prematuro mutismo.
Mi cabello debe comenzar a caerse
moderato
en cuatro cuartos;
razones:
la manía de darle vueltas
y vueltas a un mechón durante
veintiún minutos,
hundir mis dedos en el cuero cabelludo
vehementemente
evocando la infancia piojosa,
y la extraña y temprana costumbre
de cortármelo yo misma.
De mi piel debe brotar
candente sudor
que poco a poco
me convierta
en la cera de la candela
que se derrite cuando finaliza
el rosario de las seis,
derritiéndome
hasta quedar cansada
e inmóvil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario